Realizar revisiones periódicas de las presiones de tus neumáticos es uno de los factores más importantes a la hora de mantener el buen funcionamiento de tu vehículo. No olvidemos que el neumático es el único componente del coche en constante contacto con el asfalto, por lo que, una presión excesiva o una presión escasa, pueden tener consecuencias negativas para nuestro vehículo y nuestra conducción.
Si la presión está excesivamente baja, el neumático se calienta y desgasta antes las superficies laterales del neumático, influyendo negativamente en la dirección y la adherencia del vehículo.
Si, por el contrario, la presión es demasiado alta, el neumático sufre un desgaste irregular, ya que la fricción del neumático se concentra únicamente en parte central de la rueda. Disminuye el agarre del neumático al asfalto y reduce el confort en la conducción.
Recuerda que lo ideal es revisar las presiones una vez al mes